«Sois un gran equipo. Muy serios y competentes. El mejor trato posible»

Comienzo allá por el 87 como mediador de seguros, casi por casualidad, ya que antes trabajaba en la Ford. Mi padre era agente de seguros exclusivo. Sin embargo, yo veía más interesante poder ofrecer a los clientes diferentes aseguradoras y que el verdadero valor consistiera en asesorarles el mejor para ellos. Algo parecido a un concesionario multimarca, aunque en aquella época todavía no existían.

Por eso nunca he querido ser agente exclusivo, siempre he mantenido mi independencia. Ya que como corredor de seguros puedo elegir a las compañías aseguradoras y, dentro de ellas, los productos que por mi experiencia considere más adecuados para el cliente en ese momento concreto.

En el ámbito de los seguros sí sabe más el diablo por viejo que por diablo. Y quizá por ello algunas corredurías no duran, se requiere bagaje y resiliencia. Es un sector complejo, que ha cambiado mucho, ahora es más exigente. Tenemos más control respecto a las pólizas y su tramitación, pero también es una gran responsabilidad que nos exige contar con buenos equipos y software para proteger los datos.

Cuidar a mis clientes, al final todo se resume en eso. Clientes, que no asegurados. Me gusta acompañarles en sus diferentes momentos vitales y profesionales. Y me siento bien asesorándoles en ese camino y proceso: antes de contratar, durante y, sobre todo en el momento más complicado, cuando se produce el siniestro.