La gráfica.
Como se muestra en la imagen, la frecuencia de siniestros en comunidades de reciente construcción o hasta cuarenta años, es prácticamente igual. No obstante, se ve que las más nuevas destacan en esa frecuencia a las que superan las dos décadas de antigüedad. En el sector asegurador valoramos, como más que probable causa, la deficiente construcción en esos años de locura constructiva esa alta siniestralidad.
Observamos gracias a los datos obtenidos, como en construcciones posteriores a 2006 existen 102.908 pólizas por 153.639 siniestros. En edificios de entre 10 y 20 años con 176.297 pólizas el número de percances fue de 253.631. Para construcciones de entre 21 a 30 años, donde los edificios asegurados son 119.743 el número de infortunios se reduce a 154.343. En el tramo de 31 a 40 años, con 139.650 edificios la frecuencia vuelve a subir a los 214.356 siniestros. De 41 a más de 50 años las comunidades aseguradas son 144.021 con 208.790 siniestros. Con más de 50 años existen 109.607 edificios asegurados, siendo el único tramo en que los siniestros están por debajo del número de pólizas contratadas. En este caso 92.962 siniestros.
La labor del corredor para minorar la siniestralidad
Es cierto que el tramo de 41 a 50 años puede desvirtuarse la realidad. En esa antigüedad las pólizas suelen asumir franquicias altas en daños y responsabilidad civil por agua, y el corredor de seguros ya no comunica el siniestro a la aseguradora para evitar que ésta repercuta en la renovación de la prima un recargo por siniestros. No tiene sentido dar el parte dado que la indemnización al ser inferior a franquicia este será rehusado.