El llamado internet de las cosas o IoT se expande para facilitarnos nuestro día a día, llegando también a las comunidades
Muchas veces nos hemos imaginado cómo serán las comunidades de propietarios del futuro. Conocer aquello que vendrá es esencial para encontrar la mejor manera de prevenir y crear seguros a medida. Si hay algo que tenemos claro es que no podemos obviar el factor digital ya que las nuevas tecnologías van a estar presentes en todos los aspectos de nuestra vida. De ahí la importancia del llamado Internet de las Cosas o, por sus siglas en inglés, IoT.
¿Qué es el Internet de las Cosas?
IoT o Internet of Things, un concepto un tanto abstracto pero que cada vez suena más. Se trata de ese tejido de objetos cotidianos que han evolucionado y se interconectan entre sí compartiendo información y valiéndose de internet. Es decir, aparatos que se conectaban mediante circuito cerrado o que no eran electrónicos, evolucionan para tener una conexión global con internet y entre ellos. Para simplificar, que puedas bajar las persianas de tu casa usando tu smartphone desde la otra punta del país, es internet de las cosas.
Los hogares del mañana…
Una de las aplicaciones más extendidas del IoT es el hogar inteligente. Las casas que veíamos en las películas futuristas, en las que una voz omnipresente te hablaba y te preguntaba qué tal el día o te ponía tu canción favorita, ya son el presente gracias a dispositivos como Google Home o Alexa. No solo eso, tener las tostadas recién hechas al levantarte, que la nevera te avise de qué hace falta comprar o que puedas empezar viendo una serie en el comedor y automáticamente se ponga en el mismo punto en la habitación cuando te vayas allí. Todo eso es ya una realidad y el internet de las cosas lo hace posible.
Así pues, si esta tecnología puede ayudarnos a crear hogares más inteligentes, también es posible extrapolar estas ventajas a las comunidades de vecinos. De este modo podríamos lograr transformar nuestros edificios en lugares más eficientes y seguros.
¿Cómo aplicar el IoT en las Comunidades de vecinos?
Mediante la interconexión que permite el Internet de las Cosas, podemos automatizar procesos y tener un mayor control y más eficiente de nuestro entorno. Algunos ejemplos de cómo podría aplicarse en la Comunidad serían:
Adiós a las llaves: Imagina que al acercarte al garaje, éste reconociera la matricula de tu coche y te abriera automáticamente la puerta. O que pudieras dar la orden de abrir la puerta si viniera un invitado o de denegarle el paso a algún sospechoso. No solamente para los garajes, también las puertas de acceso a la comunidad o al edificio podrían funcionar con detector de huella digital o con un control remoto de acceso desde el móvil. Siempre bajo código de seguridad.
Sensores en el jardín: ¿Podría avisarte una planta de que necesita ser regada? Sí, con el internet de las cosas ya no hay excusa para que se te mueran las plantas. Puedes controlar el nivel de fertilizante del suelo, la humedad, la temperatura, analizar las necesidades de cada planta y que te de avisos de cuando hay que podar o regar.
Luces inteligentes: Si ya es una idea genial que se enciendan y apaguen las luces con sensores de movimiento, imagina que fueran todavía más listas y pudieran graduar su intensidad, ponerse en modo ahorro en las horas que menos se transita ese espacio, cambiar de color, avisar cuando estén a punto de fundirse…etc.
Eficiencia energética: Relacionado con el punto anterior, ¿por qué limitarse a la luz? Existen también dispositivos que te permiten controlar a distancia los enchufes y la alimentación de los aparatos conectados. Se puede encender y apagar la depuradora de la piscina desde el móvil o el ordenador, controlar la temperatura o hasta cortar todo el suministro eléctrico.
Máxima seguridad: Un punto clave en las comunidades es la vigilancia y, gracias al IoT podría estar todo conectado. Cámaras, alarmas, sensores de luz y movimiento, reconocimiento de cara, bloqueo de puertas y ventanas…etc. Y todo con línea directa con la policía.
Obviamente, todo tiene su contraparte y es cierto que esta hiperconexión conlleva un riesgo si no estamos bien protegidos. Compartir tantos datos y darles tanto poder a las máquinas siempre ha sido un tema controversial. No obstante, debemos saber cómo manejar las nuevas tecnologías y adaptarnos a los tiempos que corren para que no nos dominen ellas a nosotros sino nosotros a ellas.